martes, 28 de octubre de 2008

Escuchar al que no oye (Diario de Sevilla)

La Diputación de Sevilla ha sido la primera administración española en incorporar el telesor, una comunicación telefónica para los discapacitados auditivos y del habla

La Historia de verdad se escribe con detalles que pasan desapercibidos. El pasado martes, a las once de la mañana, se vivió un momento histórico en la Oficina de Atención Ciudadana de la Diputación de Sevilla. Guadalupe Martín, 47 años, natural de La Luisiana, funcionaria de la corporación provincial, recibió en el ordenador de su mesa la primera llamada por telesor, nuevo sistema de comunicación telefónica para personas con discapacidad auditiva y del habla.

La Diputación de Sevilla ha sido la primera administración española que incorpora este nuevo servicio. No es una extravagancia ni un gesto humanitario, sino estricto cumplimiento de un real decreto de 2007 que garantiza la accesibilidad y no discriminación de los discapacitados auditivos en sus relaciones con la Administración. "Una persona sorda no puede llamar al 010, al 112, al 016, que es el teléfono de denuncia de malos tratos, tiene que valerse de una persona oyente o de un fax, que muchas veces no funciona", dice Carmen Quirós, intérprete de Lengua de Signos y profesora en un colegio de Constantina.

La Diputación ha instalado cinco líneas: dos en la propia Oficina de Atención Ciudadana, otras dos en el OPAEF (Organismo Provincial de Asesoramiento Económico y Fiscal) y una más en el área de Servicios Sociales y Dependencia.

El telesor es un sistema de comunicación telefónica por sistema de texto que funciona carácter a carácter (letra a letra) y en tiempo real. La primera llamada era sobre un embargo, dice Guadalupe, que durante 18 años trabajó en la Escuela de Sordos, un centro que la Diputación Provincial de Sevilla creó en 1873. Fiel a ese legado, la corporación ofrece este servicio a los 104 municipios para convertirse en "intérprete" de las demandas de ese colectivo.

La iniciativa partió de la Fundación Instituto Ciencias del Hombre con la aportación de los profesores Santiago Aguilera, ingeniero de Telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Madrid, y José Luis Martín, de la de Alcalá de Henares. La Universidad Hispalense lo incorporará la semana próxima a través del SACU (Servicio de Atención a la Comunidad Universitaria). Ya lo tiene la Cámara de Comercio de Sevilla y hay conversaciones con el Ministerio de Sanidad. La base de la comunicación es un software creado por el profesor Aguilera.

Cuando se marca ese número (901506106) salta un fax y en la pantalla del ordenador se recibe como si fuera un chat. A partir del 1 de enero, esa misma comunicación telefónica se podrá realizar desde un teléfono móvil o un PDA, según Natalia Alcolado, portavoz de la Fundación Instituto Ciencias del Hombre. El servicio funciona de siete y media de la mañana a tres y media de la tarde. En función de la demanda, podría extenderse a todas las horas del día, a los 365 días del año, tantos como puertas y ventanas tenía la casa de Villalón en Morón, la localidad en la que nació la responsable de la Oficina de Atención Ciudadana, y donde por ocho años fue concejala.

En los dos primeros días sólo se recibió una llamada. A Carmen Quirós no le extraña. "Hay que darle difusión. Este colectivo, después de años y años sin ser atendidos, abandonan desencantados, se descuelgan de las vías de la ciudadanía. Será una herramienta muy positiva".

Madrid seguirá el ejemplo de Sevilla, que con su Diputación ha sido pionera de una iniciativa revolucionaria: escuchar al que no oye. Al que no oye porque nadie le ha escuchado. Ésa sí que es una revolución, no que los comparen con Goya y Beethoven.

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